En 1985 el MOMA (Museum of Modern Art) de Nueva York celebró una exposición de arte contemporáneo titulada - An Internacional Survey of Painting and Sculpture - De los 169 artistas que participaron en ella, sólo 13 eran mujeres. Delante del museo se manifestaba un grupo de personas que al comprobar que a finales de siglo las diferencias entre los sexos persistían y las mujeres artistas continuaban sin tener un verdadero reconocimiento. Eran mujeres, llevaban máscaras de simios y se hacían llamar Guerrilla Girls. Se denominaron así por usar tácticas de guerrilla para promocionar la presencia de la mujer en el Arte.Según las Guerrilla la sentencia del comisario fue definitiva para su acción, advirtiendo que "todo aquél que no estuviera en la muestra debía repensar su carrera".

Sus nombres aun en su mayoría se desconocen pues eran anónimas, solo se sabe que lo constituían mujeres de diferentes edades y procedencias étnicas; no sólo artistas (pintoras, escritoras, directoras de cine…), sino también comisarías de exposiciones e historiadoras del arte. Aparecen en público llevando máscaras de gorila inspiradas en el personaje de King Kong, que utilizaban como símbolo de dominio masculino, y en sus intervenciones públicas utilizaban como pseudónimo o nombre "de guerra" aquellos de nombres de artistas y escritoras fallecidas, en general ignoradas o al menos nunca equiparadas a los nombres masculinos a lo largo de la Historia del Arte con mayúsculas. Como Frida Kahlo, Eva Hesse , Georgia O´keeffe , Artemisia Gentileschi o Lee Krasner, reivindicando así los logros que aquellas habían conseguido. Con estos disfraces también pretendían emular a Marlen Dietrich, que había llevado un disfraz de gorila en “La Venus rubia”, provocando el pánico de los espectadores en los años treinta.
Una Guerrilla Girl originaria viste la obligatoria máscara de gorila y ostenta ocasionalmente una chaqueta de deporte con hombreras, una minifalda, medias de rejilla y tacones finos. Ellas comentaban que nadie en su entorno (ni familias, ni compañeros, ni maridos) conocía su identidad, a excepción hecha, decían irónicamente, de sus respectivos peluqueros. Y la verdad es que, además de su misteriosa identidad, se desconoce cuántas personas formaban su grupo. Como siempre ocurre, las Guerrilla Girls americanas tuvieron sus imitaciones o compañeras en Francia y también en Inglaterra.
Eran feministas enmascaradas y cruzadas del arte, su modus operandi consistía en mostrar al público la discriminación que vivían las mujeres artistas, acusando directamente a las instituciones que mantenían tal discriminación. Sus trabajos están plagados de ironía, humor, tácticas radicales, campañas creativas y declaraciones provocadoras, sumando el misterio que rodeaba su identidad oculta, para desafiar al mundo del arte y el entretenimiento desde 1985. Contribuyeron a atraer la atención y despertar interés hacia el grupo..jpg)
Las Guerrilla Girls tienden a actuar en los márgenes de la escena del arte contemporáneo, Creen que el feminismo es una forma esencial de mirar al mundo, un mundo en el que todavía existen enormes desigualdades.
Uno de sus slogans más famosos es "Guerilla Girls, reinventando la palabra feminismo”. Consideran necesario darle otro matiz a dicha palabra, pues ha sido estereotipada negativamente por los medios y la sociedad. Con sus acciones quieren cambiar la idea de que una feminista es una mujer quejumbrosa que odia a los hombres. La palabra clave de todas estas reflexiones por supuesto es la ironía. Quieren finiquitar la imagen de la feminista amargada y resentida, tan desvirtuada por la crítica, aquella figura que los discursos antifeministas han querido desacreditar veladamente.
Usar el humor como una herramienta dicen que ayuda a “comunicar la información, provocar la discusión y demostrar que las feministas pueden ser divertidas.”
Estas consignas mediante las cuales se repite una historia de exclusión y discriminación sigue salvaguardándose bajo la desfachatez de verdades inamovibles de aquél que detenta un poder, sentenciando bajo falsos parámetros de objetividad (calidad) o amparado en la complejidad del entramado de la mercantilización del arte, intereses personales, juicios subjetivos y, como efecto, formas de marginación del trabajo de las mujeres (y de todos aquellos otros).
En 19 años hemos producido más de 100 carteles, adhesivos, libros, proyectos de impresión, y acciones que ponen de manifiesto el sexismo y el racismo en la política, el mundo del arte, el cine y la cultura. Usamos el humor para transmitir información, provocar debate y demostrar que las feministas pueden ser divertidas..jpg)
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Su arte es concebido como arma social, buscando el efecto golpe. Como dice otro de sus lemas: We strike next, obligan a poner la vista sobre los principios discriminatorios en una comunicación a nivel público, dialogando con la realidad. De ahí proviene el uso del cartel y la fotografía, ambas técnicas conservan cierta autonomía respecto a los moldes tradicionales artísticos que les otorga un carácter adecuado para los aspectos políticos, emparentandose con los panfletos. Al mismo tiempo se trata de un medio que consigue llegar a una mayor cantidad de público al intervenir en el entorno urbano, provocando el cuestionamiento desde la misma raíz del problema, desde el propio lugar donde surge. .jpg)


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